![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifc1Tw8bUYj3DO8iJNDht5LQykFjJyHpO5bx5ZDVZ23Dx2MgPkgRORMrNJJDJ81ZwkJakPT3cKaT4coy7Mj2cUIdrRUWqNVa3mymZmXAsDUAKlf8AKSpqO3tzKFlYqH797G9do9n_jxyBc/s320/Amanecer.jpg)
«No tengas miedo», le susurré. «Somos como una sola persona». De pronto me abrumó la realidad de mis palabras. Ese momento era tan perfecto, tan auténtico. No dejaba lugar a la duda. Me rodeó con los brazos, me estrechó contra él y hasta la última de mis terminaciones nerviosas cobró vida propia. «Para siempre» concluyó... Así comenzo la historia de amor más adictiva de todos los tiempos
No hay comentarios:
Publicar un comentario